Quizá sea mi turno.
Dejar de pensar tanto, dejar de marcarme siempre límites, dejar de inventarme miedos.
Y aprender a confiar en mi corazón a cuadritos.
Yo quiero decir, lo que una vez leí:
-nada es más cierto que sentir-
Dibujín de diciembre, acuarelas y lapices de colores.